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1. No es
necesario desarrollar una retícula para diseñar un logotipo, pero en numerosas
ocasiones puede facilitar el proceso.
No todos los logotipos han sido concebidos utilizando
retículas, y su uso no es indispensable en el proceso de diseño. Anteriormente,
las retículas eran fundamentales, especialmente en la era pre-digital. Sin
embargo, hoy en día contamos con herramientas digitales que permiten crear
elementos proporcionados sin necesidad de una retícula previamente trazada. Por
ejemplo, si se desea diseñar tres rectángulos idénticos y espaciarlos con una
distancia uniforme entre ellos, es posible lograrlo utilizando herramientas
como Illustrator, sin necesidad de recurrir a una retícula. Este enfoque se
aplica a muchas decisiones tomadas durante el diseño de un logotipo.
Las retículas eran especialmente útiles en la era pre-digital, pero siguen siendo una herramienta valiosa en el proceso de diseño, especialmente en etapas posteriores al bocetado. Después de explorar libremente con lápiz o ratón, es posible que identifiquemos varias direcciones interesantes para nuestro diseño. En este punto, utilizar una retícula puede ser beneficioso para alinear elementos, crear armonía, buscar simetrías y equilibrar proporciones. Por ejemplo, en el contexto de la ciudad de Ámsterdam, una retícula puede ser útil para establecer separaciones entre elementos y ajustar tamaños de manera coherente.
2. Una retícula no tiene por que ser compleja.
Es esencial comprender que no existe una única forma de crear una retícula. Una retícula puede ser cualquier estructura básica que ayude a organizar los elementos de un diseño, y puede ser tan simple como se desee.
Algunos diseñadores tienden a buscar retículas excesivamente
complejas, creyendo que así les resultará más fácil lograr armonía entre los
elementos. Sin embargo, en ocasiones, solo se requieren unas guías muy básicas,
algunos cuadros o ángulos simples. El caso de Slack ejemplifica cómo una
retícula básica fue suficiente para asegurar la geometría de los elementos.
Es evidente que muchos diseñadores incorporan la retícula al
final del proceso para proyectar una imagen de meticulosidad frente al cliente
o los lectores de blogs, como este, incluso si no han necesitado realmente
estas guías durante el proceso de diseño. Esto no es necesariamente negativo,
pero puede parecer excesivamente artificial si se percibe como una imposición,
como en el caso siguiente.
Por otro lado, es importante comprender que muchas retículas
se crean exclusivamente con el propósito de explicar un diseño, no para
concebirlo inicialmente. En el siguiente ejemplo, se destaca el papel
fundamental del círculo en la creación de todos los elementos del diseño,
aunque esto no implica necesariamente que se haya utilizado una retícula de
círculos como base para trazar el diseño. De hecho, cada círculo puede tener un
tamaño diferente.
4. En ocasiones, seguir estrictamente la retícula no garantiza la armonía deseada, por lo que es necesario desviarse de ella.
A veces las retículas no nos aseguran la armonía de nuestro
diseño. Un caso perfecto es el de Google. Quizás el diseño comenzó trazándose
sobre una retícula, pero luego se hizo necesario realizar ajustes ópticos para
que el resultado fuera realmente percibido con armonía.
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